Principios Basicos
reproducción de semillas |
Se utiliza la
reproducción por semilla y solo para obtener nuevas variedades en las plantas
tales como: acerolo, plátano, membrillo, diospiro, higüera, chumbera, frambuesa,
granado, níspero, pasionaria de fruto dulce, alfónsigo, grosello, zarramorera y
vid.
Por ser plantas
que no toleran los injertos, se reproducen por semillas las siguientes plantas:
garrofero, mostajo, modroño, cornejo macho, agracejo, Eugenia, haya, feijoa,
azufaifo, holboelia, hovenia, mirtillo, níspero del Japon, avellano, pachira,
palmera de dátiles, pavía, peral de la india, aguacate, pino piñonero, guayabo
y encina de bellotas.
Se reproducen
bastante fielmente por semilla: la frambuesa, el almendro, el melocotonero y el
alfónsigo.
2.
Las semillas destinadas a la reproducción deben
ser densas, bien conformadas, provenir de arboles adultos, pero no viejos,
cultivados a todo viento y en posición asoleada, preferentemente de regiones
mas calidas y de fruto completamente maduro.
Es muy difícil determinar cuando el fruto está
perfectamente maduro. Si ha de utilizarse la semilla para la reproducción, se
considerara maduro el fruto cuando, después de haber alcanzado su máximo
desarrollo, caiga del árbol.
Serán
preferibles las semillas de los frutos caídos naturalmente al suelo a la de aquellos
caídos por apaleo, por el viento, por los insectos, etc. Las semillas de las
frutas conservan en general muy poco tiempo la facultad germinativa y el
Fruticultor deberá como norma recordar
siempre que:
a)
Las semillas que caen al madurar conservan muy
poco tiempo la facultad germinativa.
b)
Las semillas más gruesas pesadas dan siempre las
mejores plantas.
c)
Las semillas procedentes de los países cálidos y
de las llanuras fértiles dan siempre las plantas más bellas y mejor
desarrolladas.
d)
Las semillas procedentes de los países fríos y
de la montaña dan frutos más pequeños y no más resistentes al frio que las
anteriores.
Las semillas
pierden la facultad germinativa por oxidación de los aceites y las grasas o de
las otras sustancias que contienen.
De modo que
deberá hacerse inmediatamente después de la recolección y la siembre de
aquellas semillas que pierden pronto su facultad germinativa o será necesario
prolongar artificialmente dicha facultad hasta el verano, o los meses de marzo
y abril, época en la que de ordinario se hacen las siembras. Esto se consigue
con una oportuna preparación y conservación de las semillas.
3.
Una vez completa la desecación al aire libre
convienen estratificar toda clase de semillas, por ser la estratificación el
medio más perfecto de conservarlas.
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